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Las 4 Mentiras Sobre La Libertad

Si te dijera que fuiste creada para ser libre ¿lo creerías? En las redes sociales, en los noticieros constantemente vemos como las personas reclaman y protestan por libertad. Esto pareciera ser el tema que se escucha en todos lados.



Todos buscan tener esa capacidad de escoger y dirigir su forma de actuar o de pensar, para no vivir bajo el dominio de otro.


Por eso, encontramos estas famosas frases que seguramente has oído de alguna amiga o has leído en la cuenta de alguna influencer. Es esto que oímos y leemos, lo que moldea nuestros pensamientos para afectar también, nuestra conducta.


Por eso, es muy importante, identificar las verdades y las mentiras detrás de cada frase, a la luz de lo que la Palabra de Dios dice, para Pensar y Actuar conforme a ello.




1. SÉ LIBRE A TU MANERA


Es fácil creer que, la libertad radica en actuar bajo tu propia influencia, pero realmente ¿decides por ti misma? O ¿existe algo que condiciona tu actuar? Para entender esto, debemos ir al comienzo de todas las cosas.


En el principio creó Dios al hombre y a la mujer, también, les otorgó la capacidad de elegir libremente: “pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás.” (Ge. 2:16-17)


Desde el inicio, fuimos creados con libre albedrío, pero elegimos no obedecer a lo que Dios había dicho. Mientras que, Dios dijo esto para protegernos del peor desastre que el ser humano puede llevar en su interior, el pecado.


Esta caída, cambió nuestra condición, porque habíamos sido creados para reflejar la imagen de Dios, pero ahora, reflejamos el pecado que se encuentra en nosotros. Por eso, aunque quisiéramos actuar a nuestra manera, siempre actuaremos condicionados por el pecado que vive en nuestro ser.


Habíamos sido creados para reflejar la imagen de Dios, pero ahora, reflejamos el pecado que se encuentra en nosotros


2. SER LIBRE ES NUESTRA NATURALEZA


Lastimosamente, no podemos decir que nuestra naturaleza es libre ya que, desde nuestro nacimiento llevamos el pecado en nuestro interior. Es esa rebelión y desobediencia a Dios que nos vuelve enemigos de él, es lo que produce nuestra falta de interés en buscar a Dios.


“No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Ro. 3:11-12

Todas las personas hemos fallado a Dios en algún punto de nuestras vidas y también, hemos fallado a otros, aun a nosotros mismos. También, muchas veces queremos dejar aquello que nos hace daño y daña a otros, pero no podemos porque nuestra naturaleza no es libre, sino de pecado.


El pecado nos esclaviza, nos inclina constantemente al mal, nos imposibilita cambiar y nos priva de nuestra libertad (Jn. 8:34).




3. Ni sumisa, Ni devota, te quiero libre


De todas las mentiras mencionadas, esta es mi favorita, porque realmente no debes ser sumisa, tampoco debes ser devota, al pecado.


El engaño y la mentira comienza cuando creemos que debemos ser libres del dominio de otros, para encontrar nuestra propia felicidad y seguir a nuestro corazón. Pero el corazón es engañoso y lleno de pecado. Es decir que, nuestro peor enemigo, yace en nuestro interior.


La Biblia habla de que, nadie puede salvarse a sí mismo, de que nadie puede librarse de la esclavitud que reina en el corazón, nadie puede librarse del pecado. El error inicial que comenzó en Adán y Eva es el que nos alejó de Dios en un principio y alteró nuestra naturaleza.


Cuando no puedes ser libre de algo, te vuelves esclavo y necesitas que alguien pague por ti, por tu libertad. Por eso Dios, al ver que ninguna persona podía librarse a si misma, envió a su Hijo, quien murió en la Cruz, para clavar en ella cada pecado y fracaso que es nuestro. Porque ese era el castigo que nosotros merecíamos por nuestros errores.


Pero ¿por qué tuvo que morir? ¿por qué es necesaria la muerte para ser libres del pecado? Porque la paga del pecado es la Muerte, y Cristo lo pagó con su propia vida, él lo hizo por amor, aun conociendo tu corazón. Porque él sí te quiere Libre, pero Libre del Pecado.


Dios te quiere Libre, pero Libre del Pecado.


4. Entiende quién eres, acéptate y sé libre


Me parece correcta la idea de entender quiénes somos, porque por lo visto, somos pecadores (Ro. 3:10-12), y es una realidad que no podemos negar porque brota en cada acción que realizamos, en cada pensamiento de odio que tenemos, en cada oportunidad que se presenta para hacer lo bueno, pero optamos por hacer lo malo. Nadie se puede escapar de esta realidad porque todos hemos pecado y estamos separados de la gloria de Dios.


Por eso, es correcto entender y aceptar que somos pecadores. Pero la pregunta que debes hacerte es: ¿Qué haré con ello? Si el pecado te esclaviza y te condena a una muerte eterna ¿Qué harás al respecto? ¿seguirás en ese estado de esclavitud y falsa libertad, intentando libertarte a ti misma y fallar en el intento?


Pero Hoy, puedes ser realmente libre del pecado. Sólo debes, rendirte ante Dios, el Dios que te ama y ha dado su vida por ti, aun conociendo tu indiferencia hacia él. Porque si confesamos nuestros pecados delante de Dios (no delante de una persona que representa a Dios, sino ante Dios mismo), él es FIEL y JUSTO para perdonarnos, y limpiarnos de toda maldad (1° Juan 1:9).


Hoy, puedes hablar con Dios y arreglar tu situación delante de él. Hoy puedes entender y aceptar que tienes pecado, puedes pedir perdón delante de Dios y pedirle a Cristo que te haga Realmente Libre.


Él ha sido el Salvador del mundo, pero hoy quiere ser tu propio Salvador

Él ha sido el Salvador del mundo, pero hoy quiere ser tu propio Salvador y esa decisión depende de ti. Hoy puedes dejar que en tu corazón viva el pecado que te esclaviza, o puedes pedirle a Cristo que venga a vivir en tu corazón y te otorgue verdadera libertad.


Si has tomado esta decisión, escríbenos y cuéntanos, queremos estar disponible, para responder tus dudas y compartirte material útil sobre estos temas.




Por último, refutemos estas mentiras con frases que hablan La Verdad:


  1. Sé libre a la manera de Cristo

  2. Ser pecadores es nuestra naturaleza de esclavitud

  3. Ni sumisa, ni devota al Pecado, te quiero Libre en Cristo

  4. Entiende que eres pecador, acepta el perdón de Cristo, tu Salvador y sé libre en él.


Hoy identificamos las mentiras y declaramos las verdades. Hoy, tú puedes decidir creerlas y vivir acorde a la verdad o a la mentira, pero sabe, que vivirás conforme a las consecuencias de eso en lo que crees. Cree La Verdad y Vive Por Ella.


Cree La Verdad y Vive Por Ella.

Si has leído hasta aquí ¡Gracias! Y te dejamos una pregunta como adelanto del próximo post que publicaremos la semana que viene y la responderemos: Si soy libre en Cristo ¿puedo hacer lo que yo quiero? ¿la obediencia a Dios me libera o me esclaviza?


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