top of page

Dios es Mi Fuente

Queremos comenzar el año con el pie derecho, estableciendo las prioridades correctas y deseamos motivarte a lo mismo. Porque, en estas fechas se comienzan a considerar esos cambios o mejoras que uno quisiera hacer en esta nueva etapa. Es un buen momento para dar un paso más, para crecer, mejorar y que realmente, sea un año diferente.


Por eso, en nuestro primer post del año, quisiéramos motivarte a establecer aquella prioridad que afectará cada aspecto de tu día a día. La prioridad de buscar a Dios.



Cuando se habla de esto, todas estamos de acuerdo que Dios debe ser nuestra prioridad. Pero ¿Realmente lo es?


¿En dónde está puesta tu confianza? ¿Cuál es tu principal prioridad?

Por eso, para comenzar el año con un autoanálisis de prioridades, veamos el ejemplo de Israel. El cual, nos muestra mucho de lo que nos sucede a nosotros a lo largo del año cuando cambiamos nuestras prioridades.


Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. ‭‭Jeremías‬ ‭2:13‬

En este versículo se muestra la acusación que Jehová hace contra su pueblo escogido sobre su falta de fidelidad. Muy contrario a lo que les recuerda en los versículos anteriores. Dónde hace memoria cuando el pueblo le era fiel y le buscaba de corazón.


Luego de haberlos sacado de Egipto con mano poderosa, estando en el desierto, ellos fueron santos a Jehová (v.3). En sus comienzos, Israel estuvo consagrada a Dios, fueron un pueblo santo. Pero ¿Qué les sucedió con el tiempo que perdieron esa entrega? Es así que, Dios se lo revela en el v. 13.


Porque 2 males hicieron, y estos fueron las causas de su ruina.


1. Me dejaron


Es fácil recordar buscar de Dios en el desierto, cuando falta el pan, el agua y la guía para el camino. Es fácil porque le necesitamos para comer, para avanzar, para saciarnos y de él depende nuestro sustento diario. Pero ¿Qué sucede cuando entramos en la tierra prometida?


Luego de haber entrado a la tierra prometida y de haber conquistado a sus enemigos, Israel comenzó a olvidarse del Dios que les había dado todo.


Es que, cuando nos sentimos necesitados, le buscamos. Pero cuando estamos plenos pareciera que no tenemos la urgencia de buscarle.

La pregunta que Dios les hace a su pueblo es ¿Qué motivo encontraron para alejarse de él? Porque ni los sacerdotes ni los que estudian la ley se preguntaron ¿Dónde está Jehová?


Estaban distraídos en vanidades, en cosas pasajeras. Aun los profetas hablaban en nombre de Baal. Esto muestra que Dios no estaba presente en sus mentes, en sus corazones y en su vida diaria.


La palabra usada, “vanidad” en el original, significa “viento”, un “soplo”, lo que es “nada”. Ellos buscaban nuevas relaciones con otros pueblos, buscaban nuevas experiencias. Pero el resultado era que ellos mismos se volvieron vanos, vacíos, ¡nada!

Vanidad de vanidades” (Ecl. 1:2) ellos habían olvidado por completo su liberación de la esclavitud.


Nadie estaba anhelando buscarle. Pero ¿Quién los había llevado hasta allí? ¿Quién les había dado todo eso? Había sido Jehová quien les daba todo ¿Por qué encontraban en otros dioses su adoración? ¿Por qué encontraron su refugio en otras relaciones?


Sin alejarnos de este ejemplo, a nosotros nos puede suceder lo mismo. Porque puede ser fácil orar cada día y buscar su guía en la Palabra cuando estamos necesitados. Pero cuando recibimos lo que pedíamos, cuando los problemas se solucionan y cuando estamos plenos en una vida bendecida. ¿Hallamos tiempo para Dios? ¿Le buscamos con la misma intensidad de antes? ¿Qué ídolos toman su lugar en nuestras vidas? ¿En cuáles relaciones encontramos refugio más que en Dios?


También, cuando damos los primeros pasos en la fe y descubrimos ese Salvador que nos ama y desea una relación con nosotros, puede que sea fácil buscarle más. Pero cuando llevamos más años de creyentes ¿Cómo es nuestra pasión por él? ¿Cuánto anhelamos de su presencia? ¿Qué tan consagrados a él somos? ¿Qué tan santos podemos ser?


Así como el pueblo, podemos estar distraídos en esa vida plena que Dios nos dio y seguramente, nos sea fácil alejarnos de él.

Incluso, las responsabilidades y las metas buenas pueden ocupar el lugar que le pertenece a él.

Pueden ser relaciones o personas que comienzan a ser nuestro principal refugio en vez de Dios.



2. Cavaron Cisternas


Jehová era la fuente de Israel. En él encontraban mucho más que una tierra prometida y de abundancia. Porque podían disfrutar de una relación cercana con Dios y experimentar una vida consagrada a él. Pero ellos optaron por alejarse.


Obviamente que si se alejaban de esta fuente de vida, estarían necesitados de algo más para ser saciados. Es así que, les describe el segundo mal, como una cisterna que ellos mismos cavaron, la cual, no retiene agua.


Lo llamativo de esta metáfora es que eran fácilmente reconocidas por el pueblo. Porque vivían en una tierra árida y la necesidad de agua para sostener la vida diaria era importante para ellos.


Estas cisternas eran depósitos de agua, hechos por manos humanas y se prestaban a toda clase de defectos. Debian ser cubiertas de parches de yeso hechos de cal para evitar gritas donde se puede salir el agua. Estas no son fuentes de agua que fluyen constantemente sino que, deben ser llenadas. Además muchas veces el sabor del agua no es agradable, o es tan mala que no se puede usar para beber. Solamente puede usarse para el riego.


El pueblo había cavado sus propias cisternas al buscar a otros dioses. Pero fracasaron, al poner su confianza en depósitos de agua que no pueden retener nada. Ellos también, confiaron en las naciones vecinas más que en el Dios poderoso que los liberó de Egipto. Así fue que, escogieron agua estancada por sobre la fuente de agua que fluye constantemente.


Sus vecinos, los que profesaban ser sus amigos, no les habían ayudado; también esto se debía al pecado de ellos. En vano habían buscado el auxilio de Egipto y de Asiria (v. 18).


Habían abandonado al Dios verdadero para buscar la seguridad por medio de estas alianzas y fracasaron.

Estas decisiones, pusieron en riesgo sus vidas porque sin agua, no se puede vivir y sin Dios, tampoco.


 


En Tu Vida


Cuando surge un problema ¿A quién recurrimos primero? Cuando tienes que tomar una decisión importante ¿Con quién lo hablas? ¿A quién le confías tus problemas, luchas o decisiones? Puede que encontremos ayuda y consejo en alguna amiga o familiar.


Cuando se tratan de responsabilidades ¿Cuáles son tus prioridades? Tal vez, tu mayor responsabilidad sean tus hijos, el hogar o el estudio.


Cuando piensas en tus más grandes metas o sueños ¿Qué lugar le das en tu vida? Puede que sea lo que piensas apenas despiertas y lo buscas día a día, trabajas duro por ello.


Todas estas cosas pueden ser buenas, tanto el buscar consejo en personas sabias, como el cumplir tus responsabilidades y sueños. Pero lo peligroso de ello, es cuando esto es Primero en nuestras vidas y Dios en segundo lugar.


Porque si ante un problema, recurrimos primero a otros y no lo hablamos primero con Dios. Si preferimos encontrar consejo primero en las personas antes que Dios. Si apenas nos levantamos nos preocupamos más por nuestras responsabilidades o sueños a cumplir, más que por preocuparnos de buscar a Dios. Al igual que Israel, estamos ante un problema de prioridades.


De vuelta, todas estas cosas pueden ser buenas, pero siempre, nuestra prioridad debe ser Dios. Vuelvo a preguntar:


¿En dónde está puesta tu confianza? ¿Cuál es tu principal prioridad? ¿Cuál es tu fuente?

Él debe ser nuestra principal fuente de confianza, de fuerzas, de guía y de consejo. No podemos enfrentar nuestros problemas sin él. No podemos cumplir nuestras responsabilidades si él no nos da sus fuerzas y su guía. No podemos cumplir nuestros sueños si no le buscamos primero a él.


No abandonemos a nuestro Dios al creer que por nosotros mismos lograremos todo. Necesitamos agua diaria para vivir. Aunque el día parezca brillante, siempre vamos a necesitar de él y siempre debemos buscarle.


Si no recurrimos diariamente a la fuente de agua que fluye, seremos como agua estancada que de nada sirve.


En La Práctica


Te motivamos a poner en práctica alguna de estas 5 cosas para buscar primero de la fuente:


  1. Antes de hablar de tus problemas con otros, ora a él y busca en su Palabra contención

  2. Antes de arrancar tu día cuidando tu hogar, busca en Dios fuerzas y amor para darles a ellos en ese día lo mejor.

  3. Antes de salir al estudio o trabajo, ora o lee su Palabra para busca de Dios fuerzas, guía y protección en tus responsabilidades diarias

  4. Antes de establecer tus metas y sueños del 2024, ora a él y busca su consejo.

  5. Luego, continúa con lo demás porque también es importante pero no primero. Porque Primero es Dios



0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page