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Buscando Un Rumbo

¿Cómo saber si estoy tomando el camino correcto?


En la vida, siempre deseamos encontrar el rumbo correcto al fijar nuestra mirada en alguna meta. Esto puede motivarnos a ponernos en marcha hacia ese rumbo fijo. Es así que, dedicamos tiempo, esfuerzo físico, emocional y económico para lograr nuestro objetivo.


Pero ¿Cómo saber si ese es el rumbo correcto? En el afán de buscar ese camino ¿Qué debo tener en cuenta para no equivocarme? ¿Estoy invirtiendo mi tiempo y fuerzas en el lugar correcto?


Tal vez, en un inicio no solemos hacernos estas preguntas por la motivación de ir tras un proyecto nuevo. Aún así, podemos llegar a pensar esto a mitad de camino, cuando surgen inconvenientes o aún, cuando todo se derrumba.


Tal vez, en este nuevo año anheles un rumbo nuevo para tu vida porque te sientes atrapada en una rutina que se repite año tras año, te sientes estancada, sin motivación y quieres salir respirar aire nuevo. Esta puede ser la oportunidad para que Dios re-direccione tu vida, pero no dejes que este anhelo te aleje de sus planes.


Por eso, en este post, te vamos a mostrar lo que la Biblia nos enseña sobre Buscar Un Rumbo.





Para hacerlo más práctico, te damos estas 3 preguntas que debes hacerte antes de darle un rumbo nuevo a tu vida:



1. ¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu vida?


Según la Biblia su Voluntad es Buena, Agradable y Perfecta (Rom. 12:2). También, si visualizamos su creación, la naturaleza y cada animal que hay en ella, vemos belleza, ingenio y creatividad (Gen. 1:32). De igual modo, cada estación tiene su propósito, cada animal cumple una función en el ecosistema. Podemos decir lo mismo de las estrellas y los planetas porque Dios ha creado todo con Sabiduría (Jer. 10:12-13).


Entonces, el Dios que ha hecho todo bello, con ingenio, creatividad, con propósito y con sabiduría ¿No podrá hacer lo mismo en tu vida?


Bueno, déjame decirte que, sí, él puede. Es más, él ya lo ha pensado, sus pensamientos para contigo son muchos y son de paz (Sal. 139:17; Jer. 29:11). Cada evento de tu vida, él lo tiene escrito y más que sabido (Sal.139:16).


Él tiene anhelos de darte lo mejor, pero ¿Estás dispuesta a vivir esos planes? En tu planificar anual o diario ¿Llenas esa lista con tus ideas o con las de Dios? Jehová no nos obliga a tomar lo que él ofrece, porque es decisión nuestra elegir lo de él, sabiendo que es lo mejor.



2. ¿Qué talentos o dones has recibido?


El Talento es una habilidad natural para realizar tareas excepcionalmente. Puede referirse a habilidades artísticas, deportivas, intelectuales, creativas, entre otras. Los Dones Espirituales son habilidades especiales que Dios ha otorgado a sus hijos para el servicio a los demás y la edificación de la iglesia. Aquellos que han creído en el nombre de Cristo y le han pedido que les rescate de sus pecados, reciben su Santo Espíritu, el cual los capacita para cumplir su llamado de evangelizar al mundo.


Estas virtudes no nos hacen superiores ni deben ser motivo de orgullo que nosotros podemos mejor que nadie o para buscar fama y seguidores. A menudo, el mundo valora más los éxitos humanos que al Creador, ofreciendo una gloria pasajera a cambio de nuestros talentos.


Sin embargo, es importante reconocer que todo lo bueno en nosotros proviene de Dios (Is.55:8, Ef.2:10).


Él nos ha dotado de habilidades para cumplir un propósito superior y eterno, diferente al que este mundo ofrece.

Dios le dio a Abraham la promesa de tener un hijo, incluso siendo mayor, para bendecir su vida. Pero también, a través de esa bendición, Jehová bendijo a las naciones porque de ese hijo vino el Salvador del mundo, Jesús (Ge.22:18).


Ahora, Dios te ha bendecido con un talento y un don especial, para que cumplas un propósito superior al que piensas, ya que, no sólo te bendecirá a ti, sino que será de bendición a otros. También será Eterno porque involucra ser de bendición al llevar el mensaje de salvación a muchos. 


Cuando entregas tu talento al mundo, recibes un disfrute y gloria pasajera, hoy está, pero mañana ya no. Cuando entregas tu don a tu orgullo y propia gloria, tus obras pierden el alcance de la eternidad, porque cumple tus propósitos y no los de Dios.


Contrariamente, cuando lo entregas todo a Dios, vives para su gloria y cumples un propósito eterno. Es allí, cuando la magnitud del impacto de ello, lo controla Dios y se vuelve superior.



3. ¿Da gloria a Dios?


Cuando te hagas esta pregunta, también deberías preguntarte ¿Cuál es la verdadera motivación de un nuevo rumbo? ¿Por qué deseo hacerlo?


La motivación es el impulso o fuerza interna que nos lleva a actuar de cierta manera, a perseguir metas y a esforzarnos por alcanzar nuestros objetivos. La motivación puede surgir de diferentes fuentes, como el deseo de lograr el éxito, la satisfacción personal, el reconocimiento, la superación de desafíos, entre otros.


Pero al buscar un nuevo rumbo ¿Te encuentras motivado a dar gloria a Dios? Tal vez, la motivación radica en una necesidad ¿Buscas encontrar satisfacción en Dios o en un nuevo proyecto?


Como ya hemos mencionado, el mundo te ofrece una gloria pasajera pero Dios te ofrece una gloria eterna, al vivir para sus planes. Esta es aquella que proviene de él, de su corazón y de sus planes. Es muy distinta a aquella que surge de nuestro corazón o de nuestros deseos.


Algo que debemos saber se encuentra en este versículo:





Es fácil confundir nuestras motivaciones y disfrazarlas con falsas verdades para evitar la verdad de que no provienen de Dios. El pecado no glorifica a Dios, pero incluso las motivaciones que parecen buenas pueden no ser lo que Dios quiere para nosotros. Debemos recordar que todo lo que no proviene de Dios termina siendo pecado (1°Jn.2:16).


Probablemente, cuando nuestras motivaciones no se encuentren alineadas con los pensamientos de Dios, se alinearán con los pensamientos de nuestro corazón. El problema de esto es que, nunca viviremos lo que él ha planeado, sino que haremos lo que nuestro corazón engañoso desea (Jer.17:9).


Como ya hemos hablado en otro post, acerca de que él tiene Pensamientos de Paz para con nosotros, también en el próximo post hablaremos de cuán engañoso puede ser nuestro corazón.


REFLEXIÓN FINAL


Cuando te encuentres buscando un rumbo nuevo en tu vida, debes considerar:


¿Cuál es la voluntad de Dios para tu vida en este año? Antes de anotar tus ideas, deja que él anote las suyas en tu mente y corazón. También, o te afanes por tu futuro, debes saber que los proyectos de Dios son a largo plazo, deja que él se preocupe por eso, mejor pregúntale en oración ¿Qué es lo que tienes planeado para mi hoy y en este 2024?


¿Cuál es tu talento o don que has recibido? Los talentos y dones que recibimos son parte del plan divino para nuestra vida, nos llevan a un propósito mayor. Estos se convierten en una gran flecha que marca el rumbo correcto. Entonces, en este nuevo rumbo que buscas ¿Usarás el don y el  talento que Dios te ha dado? ¿A quién entregarás esto, a Dios o al mundo? Cuando entregues todo a Dios, la magnitud del impacto de tus obras, dependerá de él y todo lo que él hace, es grande.


¿Cuál es tu motivación?¿Da Gloria a Dios? Sabemos que nuestra motivación debe ser vivir para su gloria. Entonces, ese nuevo rumbo que tienes en mente ¿Da gloria a Dios o es pecado? ¿Realmente la motivación es dar gloria a Dios o deseas suplir una necesidad fuera de Dios? o ¿Será que tu corazón te está engañando? Para conocer lo profundo y oculto en ti, para revelar las verdaderas intenciones de tu corazón, busca a Dios en oración y su espíritu te revelará la verdad (Jer.17:9-10).



EN LA PRÁCTICA


  • Primero: Busca a Dios. Charla con él en oración acerca de este deseo de un rumbo nuevo. Abre tu biblia y pasa tiempo con él para descubrir lo que él piensa de ti y para qué te ha creado.

  • Segundo: Busca consejo en personas sabias, espirituales y que te aprecian. Ellos podrán ayudarte a conocer más acerca de Dios y de ti mismo.

  • Tercero: Ten disposición de confrontarse con la verdad. Puede que Dios no quiera ese rumbo para ti, puede que otros te aconsejen un no y puede que descubras las falsas motivaciones de tu corazón. Porque aceptar un sí es fácil, pero ser confrontado con la verdad muchas veces, no es fácil.

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